La contratación de mujeres gestantes se está convirtiendo en los últimos años en un creciente negocio cuya promoción se realiza a través principalmente de agencias intermediarias y ‘proveedoras’, pero que abarcan una red de empresas entre las que se encuentran clínicas privadas, bufetes jurídicos o entidades financieras, entre otras. Todas ellas obtienen beneficio económico de la comercialización de la capacidad reproductiva de las mujeres.

Según el estudio The Global Surrogacy Market Report, elaborado por Global Market Insights (2019), la cifra del negocio en 2018 ascendió a 6.000 millones de dólares y prevé que, para 2025, pueda alcanzar los 27.500 millones de dólares, de los que 17.700 (64 %) se corresponderán con ingresos generados exclusivamente por las clínicas de fertilidad. En este sentido, destaca la promoción, fundamentalmente a través de páginas web, de los servicios para contratar mujeres gestantes, que en España son contratos nulos de pleno derecho.

Sobre la maternidad por sustitución se han generado fuertes críticas desde distintos ámbitos, especialmente el feminista, denunciando que supone una explotación reproductiva de las mujeres. Las criticas han puesto el acento en cuestiones como que se haga referencia a un altruismo que es compensado económicamente; los procesos de captación y trato de gestantes ‘voluntarias’ en terceros países y las condiciones que se les imponen; la explotación reproductiva a la que se ven abocadas muchas mujeres por su situación de pobreza o vulnerabilidad, o los eufemismos lingüísticos que permiten disfrazar todo un lucrativo negocio y sus formas de promoción y publicidad.

Las denominaciones más utilizadas son: Gestación por sustitución, que es la referencia de la legislación española; Gestación subrogada, a la que recurre principalmente el sector que la promociona; Vientres o úteros de alquiler, entre quienes denuncian esta práctica como una nueva forma de violencia contra las mujeres. Otras expresiones menos frecuentes son maternidad contratada, embarazo subrogado, maternidad de alquiler, madres de alquiler.

Las críticas ponen el acento en que un embarazo y un parto implican todo un proceso físico, emocional y psicológico que no puede tratarse como algo disociado de la personas que lo vive, por ello hemos titulado este informe “Análisis de la Publicidad de la Gestación por Sustitución” ahonda en las prácticas de un mercado que presta servicios mediante relaciones contractuales y que recurre a técnicas de marketing para promocionar un servicio de madres gestantes, quienes son el sujeto del contrato en el que el bebé por nacer es el objeto de la transacción.

La promoción de esta red de empresas que hacen su negocio con esta lucrativa actividad, aunque ilícita en España, tienen como objetivo incrementar la demanda, instar a la satisfacción de deseos que ellas mismas contribuyen a generar a través de la publicidad y en el marco de una sociedad de consumo donde parece que todo es posible si puede pagarse, ofreciendo todo tipo de servicios ventajosos que dejan traslucir el mercado que hay detrás de una legítima aspiración o deseo.

Desde este aspecto, el de la promoción de las empresas involucradas, el Observatorio de la Imagen de las Mujeres ha realizado el presente informe a partir de algunas quejas recibidas en los últimos años, alusivas tanto al tipo de promoción como al hecho de que se pueda realizar cuando la actividad no es legal en España, y a la revisión de páginas web y perfiles en redes de 23 empresas intermediarias, así como de diferente información de Internet. Asimismo, se ha hecho una revisión en Infoadex para detectar otro tipo de publicidad convencional o en otros soportes digitales, pero no se han detectado campañas en este sentido.